Más de una década debió esperar el Liceo Bicentenario Juan Pablo II de Nancagua para ver los resultados de un anhelado proceso de conservación y reparación de su infraestructura.  De hecho, se estima que las dificultades en el edificio comenzaron a producirse desde los primeros años de su construcción (Liceo fundado el 29 de Junio de 1981) ya que el techo de la edificación no lograba frenar la humedad, comenzando a filtrarse agua lluvia que bajaba por las salas de los tres pisos del establecimiento.

Si bien hubo varios intentos por detener el deterioro de la edificación a través de mantenciones que no lograban eliminar los problemas de humedad, con el tiempo el escenario solo empeoró. los artefactos de los baños, duchas y camarines ya estaban demasiado viejos y comenzaron a mostrar problemas de evacuación de agua. A esto se sumó la humedad en los pisos que, al no ser los adecuados para el alto flujo de tráfico en el liceo, provocaban mal olor con el que debían convivir a diario tanto estudiantes como funcionarios/as.

De igual manera, el sistema eléctrico provocaba permanentes cortes de energía porque era de tipo domiciliario; el baño para personas con movilidad reducida no había tenido mantención desde su construcción; los espacios de esparcimiento y deporte tuvieron escasas mejoras durante años por diferentes razones. Además, existían dificultades con los diferentes desniveles al interior del liceo, provocando en más de una ocasión caídas y problemas para el desplazamiento de estudiantes con dificultades motoras.

Por esta razón, el proyecto de conservación de la infraestructura del Liceo Bicentenario Juan Pablo II era un anhelo, desde hace muchos años, para toda la comunidad educativa. Como lo explica la directora del establecimiento, Sra. Alejandra Quezada Ramírez, para quien “desde que llegué al Liceo el año 2017 escuche a los profesores y asistentes que existía la intención de presentar un proyecto de conservación, pero no se había concretado. Luego en el año 2020, previo al traspaso, tuvimos conversaciones con la Municipalidad de Nancagua, el DAEM y la Seremi de la región. Se realizaron visitas a terreno, se postuló al Liceo al proyecto de conservación y se adjudicó, comenzando el trabajo la Municipalidad de Nancagua con su alcalde anterior y luego con el actual, y lo retomó y finalizó el SLEP Colchagua ahora”.

 

Pileta, cancha de Vóley Playa, cocina completamente nueva y más, mucho más.

Si nos preguntamos sobre la clave detrás de los exitosos resultados del proceso de renovación de los espacios del Liceo Juan Pablo II, podríamos resumirla en dos elementos fundamentales: un acucioso e inteligente uso del presupuesto y un diálogo permanente entre todas las partes interesadas en la renovación.

Desde la comunidad escolar fue su propia directora quién indicó, en diversos momentos, necesidades identificadas por docentes, estudiantes y apoderados que lograron sumarse al listado de renovaciones.

Luis Padilla, profesional de Gestión y Mantención en Terreno en SLEP Colchagua e Inspector Técnico de Obra, con amplia experiencia en materia de renovación estructural, señaló que “realizamos un trabajo muy ordenado y sistemático revisando cuáles son los aspectos que se podían mejorar en la reparación del colegio. Una de las buenas cosas que se logró para la cocina fue cambiar el cielo y poner el piso, (el proyecto original contemplaba solo las ventanas y la pintura) por cuestiones de higiene y salubridad era totalmente necesario. Se priorizó por colores más claros para que los/las niñas/os tengan otro escenario donde comer con mejor iluminación y ventilación (…) las mejoras del proyecto contemplaron, incluso, reparar la pileta del colegio. Cuando los niños/as regresen a clases a este edificio, hasta la pileta estará funcionando”.

Por otra parte, quien tuvo una tarea fundamental en el proceso de renovación fue Daniela Vernales, Constructora Civil y asesora de Inspector Técnico de Obra, cuya función fue, además de inspeccionar los trabajos realizados, verificar aquellos aumentos de obras o mejoras que se pudieses optimizar en el colegio.

Fueron varias las necesidades del establecimiento que no estaban en el presupuesto inicial de restauración pero que se fueron acomodando al presupuesto, como nos contó Daniela vernales: “El proyecto contemplaba el cierre perimetral trasero del establecimiento, pero ese cierre ya contaba con un muro realizado por los mismos vecinos; por ende, no había que repararlo, entonces se usó ese dinero para resolver otras necesidades, por ejemplo, la instalación de la red húmeda que es súper importante, porque si hubiese sucedido un siniestro o un incendio las redes húmedas no hubieran funcionado, ahora sí. Se instalaron 7 que están en perfecto funcionamiento (…) Se podría haber hecho mucho más, pero se extendió lo máximo que se pudo el presupuesta, y creo que se usó de la manera más inteligente posible”.

Un listado, no necesariamente completo de todo el proceso de renovación del liceo Juan Pablo II incluye:

 

Gracias a todos/as los que han sido parte de esta historia.

Todos los arreglos conseguidos son importantes porque “implican mejoras de las condiciones de habitabilidad del establecimiento en beneficio de sus estudiantes, docentes y asistentes; favoreciendo la motivación escolar, la identidad con la institución, la asistencia, la convivencia y los aprendizajes. Y con ello se aseguran trayectorias exitosas y se evita la deserción”, como señala la directora del establecimiento.

No obstante, detrás de este logro estuvo el esfuerzo colectivo de todas/os los actores involucrados en sus diferentes etapas y la buena disposición a escuchar y dialogar desde las diferentes partes. Por eso, al llegar el momento de culminar este trabajo, la directora del Liceo Bicentenario Juan Pablo II quiso enviar un mensaje a toda la comunidad escolar a través de esta nota.

“Querida comunidad educativa, queridos profesores, asistentes de la educación, estudiantes, madres, padres y apoderados, volveremos a casa este año. Deseo que sea un año en que nos reencontremos con nuestros espacios, un buen año para la convivencia entre todas y todos, donde podamos seguir construyendo, cocreando futuro para los jóvenes de Nancagua y de las comunas vecinas que estudian en nuestro liceo.

Gracias a todos los que en el camino nos ayudaron a que este proyecto culminará con éxito. A los padres y estudiantes que con paciencia esperaron a que el liceo estuviera listo, a los estudiantes que egresaron antes de este momento, nuestros agradecimientos por la comprensión del momento histórico. Estuvieron a la altura de las circunstancias y si bien ellos no disfrutaron de las mejoras logradas, sí lo harán sus hermanos, primos, amigos, y los jóvenes de Nancagua y otras comunas que estudien con nosotros.

Tenemos la gran responsabilidad de transmitir a las generaciones presentes y a las futuras lo difícil que has ido este proceso, para que entre todos cuidemos nuestro liceo.

Bienvenidos nuestros estudiantes nuevos y sus familias.

Éxito para todos/as en este año de reencuentro y cocreación.

Gracias a todos/as los que han sido parte de esta historia”.

Alejandra Quezada Ramírez.

Directora.

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